dimarts, 21 d’octubre del 2008

Suites del rock

LAS GRANDES SUITES DEL ROCK


Una de las características del llamado rock progresivo o sinfónico es la imitación de las formas clásicas. Tal es el caso de la suite, una pieza que ocupa toda una cara del disco (a veces más) y que apareció a finales de los sesenta. Es difícil a veces distinguirlo del disco puramente conceptual.
El primer ejemplo es el mítico “In-a-gadda-da-Vida” de Iron Butterfly (1968), que se ha considerado como la primera vez que una canción ocupaba toda una cara del vinilo. Se trataba de un tema escrito por el teclista Doug Ingle, “un viaje de 17 minutos entre sándalo hipnótico y solos rituales”, en palabras de José María Rey.
Rare Earth grabó un año después una extensa versión del clásico “Get Ready”. El comienzo era antológico, y a la parte vocal le seguían un solo improvisado de cada miembro del quinteto (bajo, órgano, guitarra, saxo y batería).
En el campo del jazz-rock destacamos la “Valentine Suite” del grupo Colloseum, con arreglos de viento y coro.
En 1970 aparece la pieza de rock sinfónico por antonomasia. Nos referimos a “Atom Heart Mother”, de Pink Floyd. Es un tema instrumental escrito por el grupo con la ayuda de Ron Geesin. Los arreglos corales (que interpretó el John Aldiss Choir) le dan un aire peculiar, muy en la línea psicodélica del grupo. El grupo la interpretaba en directo junto a una sección de viento. En estudio se combinaron las sonoridades del cello con la guitarra eléctrica. El grupo grabaría un año después “Echoes”, considerado su mejor tema de todos los tiempos, y que en la versión del anfiteatro de Pompeya alcanzó cotas inimaginables en el mundo del rock. Más adelante lanzarían “Shine on you crazy diamond”, incluida en Wish you were here (1975).
King Crimson hizo algo parecido un año después con “Lizard”, en la cara B del disco del mismo nombre. La suite empezaba con una canción (Prince Rupert Awakes) interpretada por Jon Anderson (del grupo Yes) y luego se desarrollaba una improvisación jazzística a ritmo de bolero en la que el papel del pianista Keith Tippett era fundamental. La pieza se remataba con la descripción de una batalla y una breve coda final. La música fue escrita por Robert Fripp, la letra por Peter Sinfield.
Los virtuosos Emerson, Lake y Palmer grabaron en 1971 “Tarkus”, una iconoclasta propuesta en la que se entrelazan los textos de Greg Lake con las florituras de Emerson, todo ello acompañado de los redobles de Carl Palmer.
El año 1972 parece que fue el año de las suites: el grupo Yes se incorpora a la moda de las canciones de 20 minutos y edita “Close to the Edge”, un soberbio y ampuloso tema escrito por Jon Anderson y Steve Howe y producido por Eddie Offord, con un gran trabajo de Rick Wakeman al órgano. En este tema participó Bill Bruford, unos de los mejores baterías de la historia. Su estructura nos recuerda el esquema clásico: Allegro, Allegro, Adagio, Allegro. Fue grabado y editado también en directo en “Yessongs”. Más adelante publicarían “The gates of delirium”, del LP “Relayer” (1974), con un apotéosico final que se publicó en single. Nos referimos al emblemático “Soon”. Y rizaron el rizo con el doble “Tales from Topographic Oceans” (1975), con un largo tema en cada cara.
Caravan y su sonido de Canterbury : “In the Land of Grey and Pink”, cuya cara B era una larga suite de 22’40” producida por David Hitchcock. Fue editado en España en un disco doble junto al tercer LP del grupo.
Peter Gabriel exhibe todas sus cualidades como letrista y cantante en “Supper’s ready” -del álbum “Foxtrot”- del grupo Genesis, junto a Phil Collins y Steve Hackett. Una pieza que ya ha pasado a los anales del rock. Se trata de un conjunto de siete temas enlazados.
“Thick as brick” de Jethro Tull es un claro ejemplo de tema repartido en ambas caras del vinilo. La portada, un periódico de verdad, irrepetible. Ian Anderson firmó la letra como si la hubiera escrito un niño expulsado de un certamen de poesía. En 1973 editará “A passion play”, con orquesta arreglada por David Palmer.
Las campanas tubulares de Mike Olfield irrumpieron en 1973. Un joven de 17 años tocaba en este disco la mayoría de instrumentos e iniciaba una serie de discos con largas suites: Hergest Ridge, Incantations, Crises, etc. “Tubulars Bells” conoció, además, una versión orquestal.
El “Hamburger Concerto” de Focus basado en las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms, y que incluye unas florituras vocales por parte de Thijs van Leer, un coro sobre la matanza de los Inocentes y un solo de guitarra muy en la línea de Echoes, de Pink Floyd aparece en 1974.
En 1975 Camel publicaba “The snow goose”, del tándem Latimer/Bardens, basado en un cuento de Paul Gallico y con arreglos orquestales de David Bedford. Fue editado en España en el “doble amarillo con portada de cajetilla de tabaco”, junto a “Mirage”.
La ELO insertó en su “Out of the Blue” del año 1977 el “Concerto for a rainy Day” de Jeff Lynne y sus violoncelos. Ocupaba la cara C y constaba de cuatro temas enlazados: Standing in the rain, Big Wheels, Summer and lightning y Mr. Blue Sky.
Una de las últimas suites del rock progresivo fue “In the Dead of Night” de UK, supergrupo formado por los ex-King Crimson Wetton y Brufford, junto a Eddie Jobson y el guitarrista Alan Holdsworth. Fue editada en 1978.
Con los ochenta se abandonó este peculiar género y se proliferó la canción corta, con honradas excepciones, claro está. La desaparición del vinilo en los noventa desterró definitivamente por completo el tema de veinte minutos. La gente ahora tiene más prisa.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Genial post Jordi, un excelent repàs dels millors álbums conceptuals del rock progressiu.
Jo et recomanaria, si no el coneixes, que escoltis "The war of the worlds" d'en Jeff Waynes. Es una obra que narra en primera persona la historia d'un anglés que sofreix els atacs dels marcians. Tot això acompanyada d'una genial psicodèlica i misteriosa música, propera al rock progressiu.